“Nuestros niños están creciendo con una IA altamente adictiva, es urgente integrar un enfoque ético”
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La inteligencia artificial es un cambio importante y todavía no tenemos las categorías conceptuales para pensar en ella. ¿Cómo podemos describir estos vínculos con la llamada IA conversacional? ¿Son estas "conversaciones"? Conversar es como lanzar una pelota que vuelve a nosotros de forma impredecible: hay juego, fricción, que no encontramos en esos intercambios. Hay que distinguir entre la noción de «relación», que implica una forma de empatía y reciprocidad, y la de «conexión», un contacto que se limita a un intercambio de información. ¿Podemos crear empatía artificial? La empatía requiere ponerse en el lugar de la otra persona, comprenderla, por lo que las IA no pueden ser empáticas. Y, sin embargo, el entusiasmo que encuentran también se puede explicar por la idea dominante y errónea de que son neutrales y lo hacen mejor que los humanos.
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El desafío hoy es garantizar que estas conexiones no sustituyan a las relaciones. Las IA están diseñadas para depredadores de nuestra sociabilidad. El riesgo es reducir nuestros vínculos con las interconexiones. De ahí la necesidad de generalizar el método “Ética por diseño”, es decir que las cuestiones éticas no deben considerarse sólo a posteriori, sino en todas las etapas, desde el diseño de estas máquinas hasta su adopción en las sociedades, incluida su fabricación. Este enfoque debe estar vinculado a una ética del cuidado para imponer una relación de vigilancia hacia la IA por parte de
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